El peligro de los sms comprometedores

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  • Jugadores de tenis filtran los mensajes ofensivos del presidente de la Federación

El escándalo de la guerra de sms cruzados (audio: El Larguero) entre el presidente de la Real Federación Española de Tenis, Pedro Muñoz, y las raquetas más prestigiosas de España ha demostrado el peligro que tiene utilizar los mensajes de texto como herramienta para resolver diferencias o tirarse los trastos a la cabeza.

Aunque Muñoz haya reprochado a los tenistas que fliltraran el contenido de los mensajes, Carlos Almeida, abogado especializado en 'ciberderecho', asegura que la jurisprudencia es clara: el destinatario del mensaje es su propietario desde el mismo momento en que lo recibe. Por lo tanto, tiene derecho a divulgarlo y hacer con él lo que desee.

Como, por ejemplo, revelar su contenido a la prensa, que fue lo que hizo la bailarina erótica Johanna Tukiainen con los alrededor de 200 mensajes insinuantes que Ilkka Kanerva, ministro de Exteriores finlandés, le escribió desde su móvil, viéndose obligado a dimitir.

El protagonismo de una de las fórmulas de comunicación estrella no se limita a la vida diaria de los usuarios: los sms han llegado a protagonizar controvertidos procesos legales, convirtiéndose incluso en prueba constitutiva de delito. Quizás el caso más conocido sea el famoso "Si vuelves, lo anulo todo", supuesto mensaje que, según la publicación francesa Nouvel Observateur, Sarkozy envió a su ex mujer Cécilia pidiéndole que volviera con él ocho días antes de casarse con Carla Bruni. El presidente galo denunció al medio de comunicación, aunque más tarde retiró la querella.

Aunque no siempre se trate de romances y rupturas tan sonadas, Almeida explica que las desavenencias sentimentales y los matrimonios rotos son el caldo de cultivo natural de este tipo de procesos legales. Ex novios/as celosos que se dedican a mandar mensajes a las nuevas parejas de sus ex, personas que suplantan a otras utilizando sus cuentas de correo para mandar mensajes a los contactos son algunos de los casos más comunes.

Calumnias, injurias, amenazas, falsedad documental, revelación de secretos... el catálogo de delitos que se juzgan en torno a los mensajes de texto es bastante extenso, aunque según el especialista, suelen quedarse en un ámbito de jurisdicción menor (juicios de faltas que se resuelven de forma rápida), casi siempre relacionados a conflictos postmatrimoniales con decenas de demandas cruzadas. "Cuando se da ese entorno conflictivo, los jueces suelen tener pocas dudas a la hora de condenar", explica.

El gran problema jurídico es demostrar el contenido del sms. Hay que tratar de restablecer la cadena de custodia del mensaje, acudiendo generalmente a lo que se llama a un tercero de confianza, es decir, la operadora telefónica, que no puede revelar el contenido de la comunicación.

"En muchos casos los acusados niegan haber mandado los mensajes ofensivos o amenazadores", explica Almeida. Es entonces cuando se recurre a otras soluciones, como comprobar la coartada del inculpado, acudir a testigos o examinar si en la vorágine de denuncias que hayan podido intercambiarse los implicados hay alguna que haya resultado falsa.

Según el especialista, además, los teléfonos se consideran un objeto muy personal, por lo que se reducen las posibilidades de que los mensajes hayan podido ser enviados por una tercera persona. Su consejo a la hora de mandar mensajes de texto delicados es pensárselo dos veces y ser siempre discreto: "Todo lo que no sea de viva voz da problemas".

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