Las discográficas exigen pensiones

  • Por:
  • Daniel Basteiro - Publico.es

La UE propone ampliar para grabaciones musicales el copyright de 50 a 95 años para "proteger a los artistas, pero en contra del criterio de los expertos.

Una reforma de la ley europea del copyright ha unido en su contra a expertos y estudiosos de varios países. La propuesta proviene de la Comisión Europea, que ha propuesto extender la duración del copyright para grabaciones musicales de 50 a 95 años desoyendo a los académicos en derecho.

La legislación sobre copyright protege a autores e intérpretes de diferente manera. Los derechos del autor de una obra (una novela o un CD, por ejemplo) perviven 70 años tras la muerte del compositor. Las grabaciones hechas por artistas intérpretes o músicos de estudio están protegidas, en cambio, durante un plazo de 50 años desde la fecha de grabación. Después, las obras pasan al dominio público. Es decir, pueden ser copiadas o distribuidas sin permiso de las productoras discográficas.

La Comisión Europea propuso en julio una reforma legal que amplíe este plazo a 95 años, bajo la justificación de que la esperanza de vida de los artistas “se prolonga más y más allá del medio siglo” que duran el copyright de sus obras. La reforma deberá pasar ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo antes de ser definitivamente aprobada.

Informes

Durante el proceso previo a la propuesta, la Comisión pidió numerosos informes, entre ellos a profesores como Bernt Hugenholtz, director del Instituto del Derecho de la Información de la Universidad de Amsterdam, uno de los centros de referencia sobre el análisis de copyright. Las investigaciones del equipo de Hugenholtz recomiendan no ampliar el plazo. "El concepto del copyright para los intérpretes nació como un sistema de protección para las inversiones por parte de las discográficas". Un incentivo.

Diversos estudios indican que 20 o 30 años –lejos de los 50 actuales– de protección son más que suficientes. La Comisión asegura, sin embargo, en su propuesta final que "no fue necesaria consultoría externa", a pesar de que encargó varios estudios a profesores como Hugenholtz.

El académico, que todavía no se explica por qué la Comisión pasa por alto su informe, decidió enviar una carta abierta al presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y al comisario de Mercado Interno y Servicios, Charlie McCreevy, pidiendo explicaciones. Además, expertos en copyright de toda Europa manifestaron su oposición a la reforma de directiva en una carta abierta publicada en The Times de Londres.

La Comisión insiste en que la directiva “beneficia a los artistas y sólo amplía un plazo que en el caso de los autores es ya mayor”, según su portavoz, Oliver Drewes. Preguntado por la oposición frontal de los expertos, Drewes asegura que “la reforma puede ser enmendada y corregida. El proceso es en todo momento democrático y nuestra propuesta puede sufrir cambios”. El portavoz explica que “no es el momento de un gran debate académico, sino político, y la Comisión ha tomado la decisión que le parece más adecuada”.

Dinero y discográficas

En su propuesta, la Comisión pone por delante los ingresos de los intérpretes cuando son mayores, pero olvida que casi siempre esos derechos están en manos de las discográficas. “La propuesta es un paso más en la reducción de derechos de los usuarios, y está en la esfera de las decisiones que limitan el flujo de conocimiento de internet”, asegura Carlos Sánchez Almeida, abogado y experto en copyright. Según él, “a menudo, estas propuestas se redactan en los despachos de las empresas interesadas”, muy presentes en Bruselas. El objetivo, que grabaciones hechas en los años cincuenta o sesenta sigan aportando beneficios a la industria discográfica, para que no sean “pirateadas” porque sus derechos expiran.

El profesor Lionel Bently, director del Centro de Propiedad Intelectual de la Universidad de Cambridge, asegura que la Comisión “podría proponer leyes que defiendan a los artistas de contratos abusivos con las discográficas en vez de beneficiar sólo a las discográficas”.

¿Quién defiende a los que proponen hacer un uso libre de esas grabaciones después de medio siglo, y no tras 95 años? “En Bruselas, casi nadie”, reconoce Sánchez Almeida. “Los movimientos que luchan contra los abusos de las discográficas se han venido organizando en torno a los derechos de los internautas. Pero salvo algunas asociaciones, Internet no tiene líder y las asociaciones de autores y discográficas sí intereses muy concretos”, añade el experto.

Contra el conocimiento

Sánchez Almeida menciona como anécdota la creación en España de la Coalición de Creadores, que le recuerda a la coalición de potencias que trataron de apagar el espíritu de la Revolución Francesa de 1789. Para este abogado, la defensa de los beneficios de las discográficas va contra la libre transmisión del conocimiento, y se parece al germen de aquella asociación de países europeos. “En el caso español, hasta el nombre es poco afortunado”, recuerda comparando las dos coaliciones. “Contra la Revolución Francesa ganaron algunas batallas, pero las ideas pervivieron”.

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